viernes, 30 de marzo de 2007

CONCEPCIÓN DE LA PUESTA EN ESCENA PEDAGÓGICA

Algunas Consideraciones

La dinámica actual de las escuelas de formación de actores dispone de puestas en escenas de carácter pedagógico como parte del proceso de formación profesional. Estos montajes acarean constantemente contradicciones y roces entre alumnos y directores, entre los docentes encargados de planificar y evaluar las puestas e incluso, es inesperada la reacción del eventual público que no sabe si ser condescendiente o exigente. Todas estas contradicciones surgen dado que su conceptualización no es tan obvia como parece. ¿Qué es una Puesta en Escena Pedagógica? ¿Qué busca? ¿Cuánto debe vivir? ¿Cómo se adjudica el reparto? ¿El Director es un pedagogo o un artista? ¿Es un ejercicio profesional o una simulación? ¿Se puede medir la calidad de una escuela por la calidad de sus montajes? ¿Debe tener una producción similar a la de una compañía? En fin, los cuestionamientos son innumerables y sus repuestas sospechosamente se adaptan para cada caso.

Miembros del MAl Entendido en la casa museo de Stanislavski, Moscú, 2001

El origen y razón de ser de la puesta pedagógica parece evidente: Una escuela de formación de actores no se puede alejar del objetivo principal del teatro: la representación y posee un instrumento donde intervienen todos los saberes del teatro; interpretación, manejo del espacio escénico, luces, escenografía etc. Pero la puesta en escena pedagógica es primordialmente un medio para enseñar a actuar y no un fin en sí misma, dado que la función de una escuela no es producir espectáculos al igual que un teatro. Generalmente el montaje pedagógico aparece en la culminación de un proceso de formación del actor puesto que no se enseña a actuar solo a partir de montajes. El alumno que finalmente llega a un proceso de montaje sabe montar una escena, analizar un texto, es atento y se ha encontrado como interprete. El montaje pedagógico incluye necesariamente aspectos de una clase de interpretación, es una aplicación de un taller de actuación y busca mejorar la capacidad interpretativa de los alumnos.

Pero si su fin no es solamente montar una obra ¿que pretende una puesta pedagógica? Considero que mientras en un teatro profesional se escogen obras, en una puesta en escena pedagógica se deben escogen temas. Es una puesta que busca estudiar un tema, es una llave para entender un género, un estilo, un autor en fin un universo interpretativo. La obra escogida con tales consideraciones genera necesariamente el estudio de una amplia bibliografía, del autor y el género por parte de los alumnos. El objetivo es estudiar a partir de una experiencia artística una técnica interpretativa y el universo de un autor Por eso la escuela debe brindar diversidad y antagonismo en el repertorio y los temas escogidos. .

Es por eso que los montajes de escuela privilegian el estudio del canon teatral. Es decir estudian obras que el medio teatral en muchas ocasiones no considere dentro de sus producciones por el número de actores o la extensión de la obra, o por considerar poco vigente su temática. Los montajes de las escuelas son los grandes indagadores y rescatadores de obras que el medio teatral desdeña.


Pero el estudio en arte es de carácter práctico, el aprendizaje artístico no es enciclopédico y por lo tanto debe ser un aprendizaje dentro de un proceso artístico; no es un proceso reiterativo y meramente académico. Como todo proceso artístico debe tener un riesgo, pero en este caso el riesgo lo asume el alumno no el director; el protagonista es el alumno El pedagogo director no debe encubrir y disimular las deficiencias interpretativas del alumno. Es por eso que no siempre es equiparable la calidad de la educación de un actor con la calidad de sus montajes, por que en una obra puede engañar, tapar sus deficiencias o no necesariamente mostrar sus virtudes.

Si bien es un proceso artístico, el docente debe entender que su experimentación artística tiene límites. Tiene que entender que alumno debe quedar vivo, sano y amando el teatro, y no llevar el montaje a los límites de un acto mesiánico que busca convertir al alumno a una secta estética para la eternidad Es una experimentación dentro de un canon. Debe tener un fin, terminar y presentarse mas de una vez. El montaje pedagógico que termina con la presentación del día del estreno confunde y lo convierte en un montaje no académico sino aficionado; y a su vez, el éxito escolar que se eterniza por varias temporadas obstaculiza otros procesos y puede encerar a alumno en su prematura fama.

La relación docente- alumno es una introducción alas complejas relaciones entre el director de escena y actor , y por eso el docente preferiblemente debe ser un artista activo y además las escuelas deben recurrir constantemente a directores invitados, la endogamia académica en el arte es peor que en otras disciplinas. Los directores docentes invitados, ponen a prueba realmente las capacidades artísticas y de adaptación de los alumnos. El programa de estudios no debe distribuir los montajes de menor a mayor importancia, es decir el montaje del año cuarto no es más importante que el de tercer. Los montajes no son procesos acumulativos. No es menos importante Sófocles que Moliere. Todo montaje es un reto artístico

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