viernes, 6 de abril de 2007

Fausto


Jhonny Alexander Muñoz
en
Fausto
de
Johann Wolfgang von Goethe


Traducción en verso de
Teodoro Llórente

Dirección
Alejandro Gonzalez Puche

En la almohada del mal, es Satán Trimegisto
Quien con paciencia acuna nuestro arrobado espíritu
Y el precioso metal de nuestra voluntad
Integro se evapora por obra de ese alquímico.
¡El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!
A los objetos sórdidos les hallamos encanto
E, impávidos, rodeados de tinieblas hediondas
Bajamos hacia el Orco un diario escalón.

Al Lector” de Baudelaire.

Un pacto con el diablo
La historia cuenta que hacia 1540, después de un fallido intento suicida en Venecia, a Johan Faustun, médico, astrólogo, alquimista y charlatán, se lo llevo el diablo transfigurado en perro. De estos hechos y otros no menos increíbles nació en Alemania la leyenda de Fausto. Su biografía fue recogida en el libro anónimo titulado Historia von D. Johan Faustun impreso en Francfort del Maín. Según esta obra, Johan Faustun estudió y abandonó la teología que había conocido en Wittemberg, para dedicarse a la magia en Cracovia. Su ansia de saber y su soberbia le llevaron a pactar con Mefistófeles, el sicario del diablo: durante veinticuatro años Fausto verá cumplidos todos sus deseos, después su alma pasará a ser propiedad del diablo. La biografía se llena de innumerables episodios de francachela e intentos de sincero arrepentimiento, viajes fantásticos al oriente y frustrados deseos de matrimonio, hasta que lleno de terror, Fausto muere, sin hallar consuelo a su alma cínica y peligrosa.

El argumento ha soportado diversas versiones. La primera, y mas importante para el teatro, fue la de Christopher Marlowe: Tragical History of Doctor Faustus (1594). Marlowe convirtió a Fausto en un Titán caído, enredado en la oscura trampa del melancólico Mefistófeles. Durante doscientos años Fausto será cultivado casi de forma exclusiva por el teatro ingles. Fue Lessing (1759) en Alemania, quien redescubrió el argumento para la literatura artística, liberándolo de las versiones populares que lo habían convertido en diversión de marionetas y farsas de mal gusto. Las versiones de Fausto habían sido tantas que el poeta Tieck tuvo motivos serios para atacar tanto exceso en su Anti-Faust (1801).

La publicación de la primera parte del Fausto de Goethe en 1808 marcó un hito decisivo en la trayectoria del argumento de Fausto. Inspirado por el teatro de marionetas y en el libro popular, nacido de un afán tanto de saber como de experiencias y del sentimiento vital del titanismo, el tema fantástico aparece, en esta primera parte de la tragedia, como un drama psíquico situado entre los polos del placer y la ambición.

El pacto entre el hombre y el diablo es como la sombra de un pacto muy superior entre el Dios que tiene fe en una humanidad descarriada, pero buena, y Mefistófeles, encarnación dramática del espíritu del mal, del nihilismo y del escepticismo. En Goethe los planes del diablo contra los hombres están incorporados al plan divino sobre el universo, y en esto se funda la esperanza de que el Fausto pecador será redimido al final de una segunda parte de la obra. Solo veinticinco años después Goethe publicó la segunda. Las dudas que dominaron al escritor respecto a las posibilidades del final causaron esta demora.

Con la interpretación de Goethe, Fausto alcanzó el valor simbólico y la altura mítica que le acercan a otras figuras tales como Don Juan, Prometéo o el Judío Errante. El Fausto goethiano, dominado por el hombre de experiencias y conocimientos, donde lo lírico tiene mayor realce que lo demoniaco, se convirtió en un retrato paradójico, egoísta, grandioso, del hombre en occidente.

Este Fausto

El acto de montar Fausto de Goethe puede resultar atrevido y pretencioso, no solo por la profundidad de la obra y su extensión sino porque finalmente no fue concebida como obra dramática para ser representada. Si a esto se suman consideraciones como la juventud de los intérpretes y los problemas de la traducción, la empresa resulta casi imposible. Sin embargo este proceso, que hoy es una realidad, es posible gracias a decisiones cruciales. La primera fue escoger una traducción en verso, que al contrario de las traducciones frecuentes en prosa, comprime y musicaliza los contenidos. Esta decisión nos enfrentó al camino del teatro poético, que trasmite a la par sensación y contenido y donde el intérprete se debe mantener en el filo de la navaja: respetando la musicalidad y el pulso, abrir simultáneamente los contenidos. La puesta en escena privilegia la quietud, son cuadros que hablan, y donde a ésta quietud externa se contrapone un fuerte movimiento interno del actor. Así, el poema fluye sin justificar con movimientos el sentido del verso.

Frente a la densidad de los contenidos tomamos otra decisión arriesgada y polémica como fue no estudiar a ninguno de los analistas de la obra y establecer una relación directa con el Fausto desde nuestra condición de intérpretes teatrales. A la postre, cuando ya la obra adquiere forma y nos remitimos a los biógrafos y demás intérpretes, hemos constatado que nos acercamos a muchos sentidos de la obra. Para analizar el Fausto tuvimos un único material: el mismo Goethe, las conversaciones con Eckermann y la Misión Teatral de Guillermo Meister, que constituyen una reflexión constante sobre el Fausto, el teatro y la obra del autor.

Al establecer la búsqueda del conocimiento como tema principal debía despojarse de cualquier atisbo de ampulosidad. De ahí el ascetismo en el vestuario y los decorados. Esta no es una búsqueda de carácter histórico o regional, es la indagación propia del intérprete hoy, como hombre urbano y contemporáneo. El espacio para la representación es una construcción que sitúa al espectador en un ámbito espiritual de búsqueda. La puesta en cada uno de estos espacios es única y toma el carácter de intervención plástica y espiritual.

Goethe consideró a el Fausto como una totalidad, pese a estar dividido en dos partes bien definidas. Los obligados cortes de la obra obedecen a que la traducción elegida termina en la primera parte de la tragedia. De esa primera parte ofrecemos casi su totalidad, salvo escenas de gran movimiento de personajes. La gran ausente es La Noche de Santa Walpurgis, que pertenece a una convención fantástica mas propia de la segunda parte.

La rotación de intérpretes en los diversos personajes obedece a que en una primera parte los personajes son alegóricos y representan ideas, por lo tanto queremos alejar el montaje les camino de la personificación o encarnación de las palabras. El personaje de Mefistófeles cambia contantemente, se presenta con diferentes rostros y paradójicamente es mas humano que el doctor Fausto.

Orden de las escenas
Dedicatoria,
Prólogo en el Teatro.
Prólogo en el Cielo
De Noche.
Gabinete de Estudio 1
Gabinete de Estudio 2.
Intermedio
Calle
Al Caer la Tarde
Paseo
Casa de la Vecina
Calle
Jardín
Un Pabelloncito En El Jardín
Aposento de Margarita
Jardín de Marta
En los Muros de la Ciudad
De Noche
Día Nebuloso



Sinopsis de la Obra
La obra inicia con tres prólogos que delimitan el plano poético, artístico y teológico en que transcurrirá la obra. En la Dedicatoria el poeta se despide de los motivos frecuentes de inspiración debido al nuevo afán que persigue su obra. En el Prologo en el Teatro el Poeta, el Director y Cómico disertan acerca de los campos de su arte, con el fin de disponer un nuevo tipo de teatro. En el Prólogo en el Cielo, Mefistófeles critica la creación y apuesta con el Señor sobre el alma de Fausto; así comienza “La Tragedia” del Doctor Fausto.

De Noche Fausto en su gabinete examina la crisis en que se encuentra su saber, el cual a buscado a través de múltiples mecanismos y decide indagar el camino de la magia guiado por un libro de Nostradamus. En el momento en que logra su cometido de ponerse en contacto con el reino de los espíritus es burlado por éstos e interrumpido por Wagner, su discípulo. Con Wagner sostiene un dialogo sobre la retórica, pero después de la experiencia vivida recientemente, abandona la disertación. Fausto reflexiona sobre la experiencia vivida y concluye que el suicidio es la única manera de encontrar el saber buscado, decide tomar un veneno preparado antaño por su padre pero los cantos de las pascua detienen su deseo suicida.

Durante la reconciliación con la vida Fausto encuentra a un simpático perro que lleva a su estudio. En El Gabinete de Estudio 1, Fausto empieza a examinar la traducción de la Biblia e intenta reescribir nuevamente el Génesis. Después de múltiples interrupciones del can, efectúa un conjuro gracias al cual el perro se transforma y toma su verdadera forma de Mefistófeles. En este primer Gabinete el diablo es atrapado por una seguro puesto con antelación por Fausto. Mefistófeles le propone un pacto pero lo incumple y engaña a Fausto, lo duerme y se libera. En El Gabinete de Estudio 2. surge Mefistófeles libre y pese a todo el escepticismo de Fausto logra interesarlo en un pacto. aquí he de servirte sin pereza y sin descanso y tu harás lo mismo cuando estemos allá abajo. Fausto propone el pacto en términos como Muéstrame el árbol que viste cada día nuevos ramos, y el dulce fruto que en ellos se pudre antes de tocarlo. Cuando protocolizan el pacto y van emprender el viaje llega un estudiante en busca de maestro que es burlado por Mefistófeles.

Fausto inicia su viaje con Mefistófeles en una taberna y después visitan la cocina de la bruja donde toma un elixir de la juventud (Escenas omitidas en esta puesta) En Calle Fausto ve a Margarita se interesa por ella y pide a Mefistófeles procurársela. Al caer la tarde Mefistófeles lo lleva a la habitación de Margarita y deja allí un cofre con joyas, En Paseo Mefistófeles relata a Fausto como la madre descubrió el regalo y lo entregó a la iglesia, sin embargo surge el interés de Margarita por el caballero que ha visto solo una vez. Mefistófeles deja nuevamente otro cofre. En Casa de la vecina, Margarita sorprendida con la nueva aparición se lo cuenta a su vecina Marta, entre tanto llega Mefistófeles con la excusa de ser un heraldo que trae noticias sobre la muerte del esposo de Marta y consigue concertar una cita al día siguiente con el Doctor Fausto.


En El jardín Fausto se encuentra con Margarita y se inicia el romance, mientras que paralelamente Mefistófeles seduce a Marta. En Un Pabelloncito En El jardín se besan y Margarita se asombra de responder afirmativamente a todas las pretensiones de Fausto. El jardín de Marta Margarita inicia un interrogatorio sobre la condición espiritual de Fausto y sus creencias. Fausto le entrega una pócima para que su madre duerma en largo sueño y así entrar de noche a su habitación en la noche. En La fuente, hablando del honor burlado de una tal Bárbara anuncian a Margarita que es de dominio público lo ocurrido entre Fausto y ella. En De noche Valentín el hermano soldado de Margarita, llega a la ciudad debido al rumor de la pérdida de honor de su hermana. Se encuentra con unos extraños que están dando una serenata, son Fausto y Mefistófeles. Fausto mata a Valentín. En Día nebuloso, la única escena escrita y traducida en prosa, Los héroes se despojan de todo tono romántico. Fausto despierta y sentencia: Destrucción y muerte de todo un mundo sobre este monstruo.
Fin de Fausto.


Fausto en Trujillo, Peru, 2000
Reparto
Fausto: Jhonny Alexander Muñoz
Poeta, Mefistófeles Margarita: Marleyda Soto Ríos
Director, Arcángel, Mefistófeles: Rodrigo Velez
Cómico, Mefistófeles: Nestor Durán
El Señor, Valentín: Jaime Castaño Valencia
Arcángel, Wagner. Linderman Herrera
Loren Andrea Escandón
Arcángel, Tatiana Narváez




Escenografía y Vestuario. Oscar Muñoz.
Asistente de Dirección. Eugenio Gómez Borrero.
Asistente de Producción. Tatiana Narváez
Director Técnico. Luis Enrique Sierra.
Asistentes Técnicos. Rodrigo Vélez, Edwin Bastidas.
Asistente Literario. Alvaro Bautista.
Preparador Corporal. Armando Collazos.
Diseño Gráfico. Byron Villamil.

Dirección. Alejandro González Puche




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