viernes, 30 de marzo de 2007

El Teatro Oficio del Pensamiento


Diálogos de Platón ENAD 1994. Diego Guerrero, Miguel Angel Pasos, Claudia Liliana González, entre otros.



Cuando el público se congrega en la sala, inevitablemente como director me surgen preguntas como ¿Qué los atrae?¿ Para qué asisten a una sala de teatro? Y en fin cuándo el publico y los artistas sentimos que el teatro ocurre. Incluso sin haber llegado a formular de esta manera estas preguntas siempre componemos nuestras obras tratando de responder finalmente al interés y la capacidad de sorpresa en el auditorio y respondemos a este interés interpretando el sentido de la obra de una manera vigente, o contando la historia de una manera clara y atractiva, o suscitando emociones a través de un melodrama o una piesa, o provocando recogimiento espiritual a través de tal o cual tragedia.

Creo haber probado todas esas posibilidades, algunas con acierto otras no, y trato de entender si existe un momento común a todas las obras realizadas en el cual está la repuesta a la pregunta ¿cuando ocurre el teatro? Ese momento lo entiendo como aquel en el cual logro unificar la sala y llegar a esa concentración total entre actores y espectadores en un tiempo real. Entendí que esa debe ser la aspiración máxima del teatro: ¡Concentrar el auditorio! y no como un hecho obligatorio y evidente, como una artificio disciplinario. La atención común es el momento en que para mí el teatro ocurre.



Alberto Barrero y Luisa Vargas en La Ilusión Cómica. ASAB 1996
El teatro es pues para mi pensamiento, el pensamiento unifica la sala. El silencio en la sala, la concentración es mas difícil de conseguir que la misma risa, la sala puede reírse a veces demasiado fácilmente.

Concentrar la sala a través de una obra que busca mover las emociones puede ser posible, por ejemplo en dos obras tan antagónicas en sus relatos como La Ilusión Cómica de Corneille donde un padre sufre al buscar a su hijo desaparecido hace muchos años y lo encuentra finalmente convertido en actor, o en La Gaviota de Chejov donde un joven artista, Treplev, es afectado por la indiferencia de una madre actriz frente a sus aspiraciones artísticas. El auditorio difícilmente considerará estas emociones que pueden suscitar estos sujetos como propios y ser simultáneamente compartidos por todos los espectadores en una concentración colectiva ya que cada espectador interpreta a su manera la conducta de los héroes, o no encuentra resonancia con esta historia, o la entiende pero no lo afecta.


Pero esas mismas obras abordadas desde el punto de vista estético se convierten en un diálogo filosófico con el espectador. La Gaviota de Chejov es una obra donde participan cuatro personajes vinculados al arte. Cada uno de ellos tiene inquietudes respecto a las nuevas o viejas formas en el arte, ala creación literaria, a ser actriz. Este plano no puede sustentarse solamente en que se aman o en que se odian, es un plano estético autónomo donde las idea acerca del arte y la vida surgen independientemente.

El poder de esa herramienta es tal que incluso puedo afirmar que el teatro puede prescindir de la historia y ocurrir. Por ejemplo el montaje de Diálogos de Platón es una confirmación de esta hipótesis. El montaje mencionado era una versión escénica de importantes diálogos como Eutifrón o de la piedad, Hipias Mayor o de lo Bello, Menón o de la Virtud. Con los actores elaboramos una historia de los personajes apenas esbozada y la fábula la reemplazamos por el Tema. Los espectadores hacían suya la pregunta ¿Qué es lo Bello? O, ¿Qué es la Virtud? al igual que los actores y los sucesos fueron remplazados por definiciones nuevas sobre la pregunta y el conflicto se basaba en el deseo y la imposibilidad mutua de encontrar la respuesta correcta y justa. Nunca ningún Dialogo llega a alguna definición, generalmente termina en el mismo lugar donde empezó. Por que entonces el público participa del devenir del pensamiento como si fuera una telenovela.

Creo que ante todo que el pensamiento es sencillo y en ningún momento debe resultar hermético. Un pensamiento es mas frágil aún que una emoción, y pensar en ese tiempo real para el actor es quizá la prueba mas difícil a la que se pueda enfrentar. Simplemente uno no puede aparentar pensar, no puede fingir teniendo el texto aprendido de memoria y recitándolo frente a otro. Las ideas no se pueden recitar, a las ideas hay que llegar y llegar cada vez de una manera nueva. Si este proceso realmente ocurre el espectador llegará a cada definición como si fuera propia.

Este proceso requiere principios un poco diferentes en cuanto al análisis del texto como al entrenamiento actoral. Cuando tomo una obra para su estudio la divido en dos grandes bloques. Las llamadas Circunstancias Dadas: lugar, tiempo, hora, pasado de los personajes y en fin toda aquella información que los personajes saben y que ayuda a situar la acción y la concentración del actor. El segundo bloque es todo lo que ocurre, el suceso de partida, la línea de sucesos, el suceso principal, todo aquello que ocurre en un tiempo real y que el actor debe tener la virtud de vivirlo cuando ocurre y no de antemano. En esta segunda parte de lo que ocurre, es donde está la línea de pensamiento y donde pongo más énfasis. Incluso este pensamiento se debe analizar como una categoría independiente de la situación misma. El pensamiento por si mismo es una categoría que siempre los directores justifican por el devenir de la situación, pero no, el pensamiento extraído de la situación misma es capaz de generarse por si mismo y de sustentar el movimiento. Los espectadores siguen este pensamiento de una manera mas clara mas atenta, un pensamiento matizado por la situación pero no dependiente de ella.

Por ejemplo en la celebre escena del Misántropo de Moliere cuando Alcestes analiza después de varias rogativas el poema de Orontes, ese análisis siempre se tiende a matizar por el supuesto odio que Alceste tiene con respecto a la humanidad, los actores termina actuando odio y no estética. El análisis de esos versos por si mismo es capaz de mover la acción. El caso quizá mas claro es en Oscar Wilde, siempre he visto representadas sus comedias de ambiente ingles como Una Mujer Sin Importancia o Un Marido Ideal con la intención de resolverlas en el plano de las costumbres y el estilo de su época, que parece lo mas inquietante en Wilde. Pero esos textos se tienen que abordar de la misma manera que La Decadencia de la Mentirá o el Crítico Artista, dos de sus ensayos mas importantes sobre la estética y el arte. Si uno recurre a esos textos incluso encontrara la aprensión de Wilde hacia las costumbre y la realidad en el arte.

Por que el pensamiento si bien es una categoría concreta, esta en el actor uno siente el impulso del cual surge una idea y siente su concentración, es abstracción en cuanto no se basa necesariamente en la realidad tangible. Por eso cuando una obra se atiborra de circunstancias dadas el pensamiento no se ve, no se distingue y el espectador solo lee la información en los comportamientos, en la emoción. Es por eso que la escuela naturalista tiende a agotarse ella misma por que a puesto toda su atención en los comportamientos y la caracterización ha abandonado el estudio de la idea del mayor sustento de la acción, ¿qué quiero decir?

Shaw entendió el teatro como una fábrica de pensamiento.
¿El teatro es un fin o un medio?

1 comentario:

matuta dijo...

una fábrica del pensamieno...ummm
Te está quedando muy lindo tu blog!!