La
semana pasada se celebró el trigésimo aniversario de la "Escuela de Arte
Dramático". El fundador del teatro, director y pedagogo, Anatoli Vasiliev,
reconocido en el mundo teatral por
sus experimentos estilísticos, y de la conceptualización del "Laboratorio - Escuela -
Teatro"; hoy sus estudiantes - actores y directores, continúan
con esta misión. Recordamos las principales expresiones de Anatoly Vasiliev, que
pueden ayudar a una comprensión de la naturaleza del teatro.
Acerca
del arte: !De qué manera yo
odio el arte! ¿Acaso hay alguien que hoy lo haya visto?
Acerca
de su autodefensa: El teatro
para su existencia se inclina hacia la vulgaridad, lo banal, repugnante y despreciable.
Esta es su metamorfosis. Sólo gracias a eso sobrevive. Si el fuese lo que en
realidad es, entonces no hubiese sobrevivido. El arte es demasiado vulnerable. El debe fingir y
aceptar las formas elementales.
Sobre
la libertad teatral y la dictadura:
Intérprete, pedagogo y espejo –
los tres rostros del director (...) De las tres funciones del director
la más peligrosa – el director intérprete, porque al final su interpretación se convierte en
una dictadura, y sin la dictadura del director es imposible producir un
espectáculo. Pero la dictadura conlleva a la dependencia de los ejecutantes y
hacia la esclavitud artística. Considero que de la solución a este conflicto
depende el destino del grupo, y durante todos los años de existencia del
teatro, desde Shakespeare hasta el Teatro Laboratorio de Jerzy Grotowski,
grandes y pequeñas mentes se plantearon el mismo problema: todos los grupo buscan
la libertad, y todos los
directores del teatro buscan el rigor. Esta combinación entre rigor y libertad,
un equilibrio en su combinación otorga
calidad al espectáculo.
Acerca
de las tradiciones y los cambios:
A mí, mis maestros, profesores, me legaron el ejercicio del teatro, los
principio básicos de teatro, del teatro ruso y el desarrollo de estos principio.
Quiero decir que el teatro ruso no solo se gestó en Stanislavski, sino también en
los discípulos de Stanislavski: Vajtangov, Meyerhold y Mijail Chéjov. El teatro ruso no es solo la escuela psicológica
rusa; el teatro ruso está esperando un cambio. Y en este momento, cuando todo
el país se orienta hacia la destrucción de las tradiciones, el teatro ruso
espera, no sólo preservar las
tradiciones, pero si un cambio en la tradición.
Sobre
la Anarquía: En el
trabajo del actor son importantes dos componentes - el deseo de libertad y el
respeto por el rigor. Y este equilibrio, dependiendo de la mentalidad, varía.
Por ejemplo, en los franceses no es muy característica la naturalidad y la
libertad. Se requiere un largo camino para liberar la creatividad en un actor francés. A diferencia del
francés, el actor griego, por el contrario, es anarquista. Él necesita rigor. El
actor ruso le es indiferente en su búsqueda la libertad o la anarquía. Rusia es
anárquica y fanática. Si él cree en algo, entonces creerá con terquedad, la cual no deja quebrantar ni "dormir".
Sobre
Rusia: Rusia para mí- es
el suelo sobre el que duele caminar. Al regresar, los primeros días, resultaba muy aterrador. Quiero protegerme
a mí mismo, mis ojos, mi cuerpo, mi estado de ánimo. Pero después te acostumbras.
Sobre
la tendencia hacia la fealdad (deformidad): El límite de todo el arte está asociado a la organización. Después
le siguen los simulacros, ciertas imitaciones de objetos, que tienen la
apariencia de libertad, pero en realidad imitan lo que es fuertemente coherente. Organizado hasta el límite. Luego
surgen los de la cultura bárbara, sucia; personas para quienes resulta de un
especial placer, arrojar sobre la
superficie brillante un cubo de estiércol. Ellos con placer observan cómo fluye
el estiércol a través de los cuerpos lustrosos, sobre las relaciones brillantes.
Acerca
del teatro moderno: El
teatro en Rusia es completamente diferente - nuevo, joven. Ya nadie reflexiona
sobre aquellas preguntas que me formulaba yo. Simplemente el teatro afirmó que
es necesario algo nuevo. Esto hay que aceptarlo. Creo que a partir de este
momento se inició una nueva historia del teatro ruso.
No me encuentro entre las lista de aquellos que rechazan el teatro
moderno. Yo puedo reflexionar sobre él,
analizarlo, pero me niego a rechazarlo y criticarlo. Puedo ver que él
tiene su camino, una leyes establecidas. El teatro se comporta como se comporta
con él la vida, y en relación con sus procesos hay que relacionarse con la mayor apertura.
Acerca
de los jóvenes directores,
"Los Karamazov" de Konstantin Bogomolov lo acepté de principio a fin.
Incluso habiendo yo trabajado sobre Dostoievski muchos años y de otra manera. Dejemos
las prisiones estéticas, los puños, los malos rostros improductivos. Si le permitimos
a la generación actual que sea artísticamente libre, entonces se puede
preguntar: ¿cuál fue el teatro ruso o soviético en los años anteriores? Y remitirse a la tradición.
Sobre
las reflexiones: Considero
que la escuela de teatro rusa es buena, precisamente por su tendencia hacia un
conocimiento más profundo; no nos satisfacen los aplausos de los espectadores;
conozco de manera precisa que, incluso después de una gran función, el mejor actor abandona la
escena insatisfecho, incluso si no lo demuestra. El entiende que el público
está satisfecho, pero él se formula constantemente a sí mismo muchas preguntas,
que corroen el alma, molestan, no dan calma; y eso es bueno.
Sobre
el engaño colectivo: Dos personas se encuentran, en algún
país del tercer mundo, cerca del hotel. Uno de ellos necesita cambiar el dinero
y para ello lo ayuda este ocasional encuentro. Realizan el cambio y todos
felices se separan. Después, el
hombre que cambió el dinero, se da cuenta que los billetes son falsos. Él
regresa y claro que no puede
encontrar al estafador.
¿Se puede actuar esto en el escenario? En
qué se diferencia la realidad-real de la realidad- escénica? Sólo en una
condición: en la realidad-real, la
verdadera persona que cambia el dinero no sabe que va a ser engañado, y en la
realidad escénica ambos participantes son conscientes de ello, y esta es una
diferencia significativa.
Para superar este conocimiento no hay
ninguna técnica posible. De cualquier forma, así te engañes a sí mismo no eres
capaz de enturbiarte la conciencia.(…) Todo esto significa que nos ejercitamos
en el arte del engaño; para conseguirlo nos dirigimos a la escuela o al
instituto; es decir, somos un colectivo de ladrones. Buscamos el mejor maestro en
ladrones, para que nos eduque en el robo. Resulta que la mejor escuela – es la
que enseña una imitación hábil. Este es un serio problema que se omite.
Sobre
los límites de la imaginación:
No se puede componer todo, es imposible. Hay una zona reservada para la
composición. La improvisación no puede ser continua y permanente, simplemente
porque la improvisación continua es la vida; se fusiona y para el teatro es
imposible y no tiene sentido. La realidad en el teatro es objetiva; tiene sus
propias leyes estrictas, que corresponde estudiar
Sobre
el realismo: Creo que
cuando las personas pierden a Dios, hablan sobre el realismo. La cultura
moderna opera en categorías realistas, pero las presenta en una forma poco
realista. (...) Tienden hacia el
realismo los mismos que empiezan a aspirar al papel del creador. Los que bogan
por el realismo, tienen un límite y nunca consiguen alcanzar el realismo. Así
se acerquen de diversas maneras. Ellos deben tener la inteligencia para mantener
una distancia suficientemente con respecto al límite.
Sobre
la transmisión: El espectáculo no puede ser el objetivo
de los maestros. El objetivo de un gran artista empieza a ser la trasmisión. Y
la sociedad que destruye las instituciones dedicados a la transmisión en el área de la cultura, se
perjudican a sí mismas. Despojan a
las personas de aquellos componentes
del alma, de los cuales deberían enorgullecerse.
Sobre
los Discípulos Continua siendo el discípulo del
maestro; no es un asunto del maestro. Si los pude contagiar de con la
enfermedad artística, Si cultivé en ellos
convertirse en cazadores de los tesoros del arte, significa que yo hice
mi trabajo. Jacob tuvo 12 hijos - todos diferentes. Y eso es bueno. Que sean
tal y como son. Pero yo no observo acerca de su destino. Tal vez esto pueda parecer cínico, pero es más
fácil.
Creo que el discípulo debe crecer por sí mismo, desarrollarse
y supervisar a sus maestros: ¿no ha muerto todavía? (...) Pero si observo que algunos de los discípulos
se colocan al borde del acantilado, le advierto " Viejo, mira lo que pasa..."
Ellos nunca me escuchan. Y siempre observo la espectacular caída.
Sobre
la experiencia: De
ninguna manera, quiero ser un ejemplo para nadie. Compararse conmigo es hacer su
vida miserable. Pero se puede escuchar. Sólo quiero compartir la experiencia
creatividad y humana.
Traducción del ruso
Alejandro González Puche
original en
https://silakultura.ru/article/16-fraz-anatoliya-vasileva-o-samooborone-teatralnoy-svobode-i-rossii/