Carta abierta
Estimado Sandro Romero
Tradicionalmente no comento las críticas, por correctas o desacertadas que me parezcan; pero en este caso, observo, con asombro, cómo tu prolija actividad literaria, no guarda la más mínima compostura ética en espacios donde se requiere. Me refiero a la columna de opinión desde donde disertas sobre la actividad escénica. [DIARIO DEL FESTIVAL IBEROAMERICANO DE TEATRO 2010]. Aplaudo esta iniciativa en un país donde la reflexión teatral es quizá el punto más flaco del desarrollo escénico. Pero ejercer la crítica en un evento en el cual tú, con dos monólogos, participas y buscas triunfar, no lo considero de manera alguna procedente. No es concebible que un director en el mismo evento ejerza simultáneamente como artista y como juez; puesto que puede ser considerado por cualquier lector atento como un juego sucio. ¿A dónde quieres conducir tus desacertados o correctos comentarios? pues a modificar la percepción de los espectadores en beneficio propio. Considero que no puedes poner en tela de juicio a tus colegas, porque el contexto de tu participación impide cualquier objetividad de tus comentarios. Soy un director de tu misma generación, si quieres un “rival” en tus inocultables aspiraciones de protagonismo dentro de nuestra farándula criolla. Tu instrumento para manifestar tu concepción teatral, en este momento, es la escena misma; tus reflexiones de manera sintética están ahí expresadas. Pero veo que no puedes concebir que un director colombiano sea reconocido en un ámbito fuera del espacio de los monólogos que con ahínco y gusto discutible cultivas. Incluso al respecto de los unipersonales, tienes la desfachatez de cuestionar, en otra entrega de tu columna, el maravilloso monólogo de Peter Brook ¿por qué, por qué, un espectáculo que precisamente reflexiona, con sencillez y maestría, sobre la esencia del teatro y no sólo eso, sino que tienes la ligereza de comparar al gran creador con tus ejercicios en la ASAB. Te molesta que el Festival elija el espectáculo de un colombiano para la ceremonia de inauguración, puesto que según tu criterio no hace parte de la delegación de Cataluña y Baleares, invitado de honor, ya que en otra de tus desafortunadas críticas anteriores consideras a los artistas colombianos como simples pasajeros de una “patera” que sólo contamos con la opción de España para nuestro reconocimiento teatral. Lo cuestionas todo: la selección de la obra, las decisiones de Ana Marta, el teatro filosófico etc., no sabes a donde apuntar para descalificar a tus colegas. Ojala tengas, en este juego que ejerces con tan poca vergüenza, la posibilidad de cuestionarte a tí mismo como creador. Concéntrate en tus monólogos, que harta falta les hace, y deja que otros realicen la evaluación del Festival.
Atentamente
Alejandro González Puche
Director de La vida es sueño
Teatro Académico Estatal Galiasgar Kamal
Tartaristán, Federación Rusa
sábado, 3 de abril de 2010
Sobre el doble papel de los creadores que posan de críticos
Publicado por Laboratorio escénico Univalle en 21:25
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